lunes, 26 de enero de 2009

El arte bizantino

El arte bizantino es la síntesis del arte romano, helenístico y oriental.
También está muy influído por el arte paleocrsitiano.

ARQUITECTURA

El edificio principal es la basílica bizantina,  que  mantiene elementos paleocristianos, pero los modifica en introduce elementos nuevos. Está precedida  de un atrio, en cuyo centro está el fial (para el agua bendita) y de un nártex.
El interior tiene dos partes:
  • Naos: nave destinada a los fieles.
  • Presbiterio: destinada al clero mayor y que se aisla del exterior por un iconostasio, una especie de mampara perforada que les deja ver el ábside pero que les oculta a ellos.
En la planta de arriba está el matronium para las mujeres.
Las plantas son centralizadas. Suele utilizarse la planta de cruz griega, cubierta con una cúpula sobre pechinas.
La aportación bizantina más sobresaliente se relaciona con el sostenimiento de las bóvedas. Para solucionar los empujes que generan, se emplearon las pechinas, medias cúpulas y contrafuertes.

Los materiales constructivos son la piedra y el ladrillo. La decoración en el exterior es casi imperceptible, mientras que el interior se decoraba con ricos mosaicos.

La arquitectura bizantina tiene tres etapas, conocidas como Edades de Oro.

PRIMERA EDAD DE ORO BIZANTINA

Se inicia con Justiniano (siglo VI) y termina con la crisis iconoclasta  del siglo VIII - IX.
En este periodo se construyen Santa Sofía de Constantinopla y, en Rávena, San Apolinar in Classe y San Apolinar el Nuevo con influencias paleocristianas y San Vital.


San Apolinar in Classe (530-549)
El interior está formado por tres naves separadas por arcadas. Se trata de un espacio direccional. La liturgia exige que la mirada del fiel se dirija al altar. El eje longitudinal (heredado del eje axial romano) dominan el espacio interno y conduce la vista hacia el fondo del ábside. Tiene una articulación clara del espacio.
La nave central está flanqueada por hileras de columnas de mármol que reciben la luz de un cuerpo de ventanas, gracias a la diferencia de altura de las naves.





La jerarquización física del espacio se corresponde con la jerarquización eclesial:
  1. El presbiterio y el ábside forman un recinto aislado para celebrar la liturgia y acogen al obispo y al presbiterio en el altar.
  2. La naves son ocupadas por los fieles bautizados.
  3. El atrio es para los fieles no bautizados.
La pintura y los mosaicos tienen un papel importante para que la liturgia fuese comprendida.
San Apolinar en Classe es una excepción. Lo normal es que la decoración te narre cosas y que culmine en el ábside con un Cristo. Aquí no. En un contexto de azules y verdes, una cruz se eleva en el cielo. Esta representación simboliza la transfiguración de Jesús en el monte Tabor, momento en el que le dice a sus discípulos que es hijo de Dios.


San Vital de Rávena es una iglesia de planta centralizada, cuyo elementos están dispuestos alrededor de una gran cúpula muy ligera y rodeada por una nave. Posee, además, un ábise y un nártex.
Esta iglesia sealeja de la influencia romana, pero no abandona una cierta concepción occidental.
En este sentido busca la articulación del Espacio y establece proporciones esbeltas, con actos pilares que acentúan la verticalidad.
Además, potencia las líneas verticales con un entablamento y añade a la base de la cúpula un tambor con ventanales que ilumina el espacio central.



La cúpula está constituida por pequeñas ánforas de barro empastadas en un grueso lecho de cemento que forman un casquete resistente y ligero.
El interior está decorado con una fastuosa colección de mármoles, mosaicos y pinturas al fresco que recubren todo. Destacan los mosaicos de Justiniano y su esposa Teodora.
El ábside alberga capiteles trabajados con la técnica del trépano. Sobre el capitel aparece in cimacio en forma de pirámide invertida y truncada, deccorado con motivos simbólicos.
Este modelo fue adaptado por el arte carolingio para erigir la capilla palatina de Aquisgrán (año 804).



La basílica de Santa Sofía de Constantinopla es la obra cumbre del arte bizantino. Es una síntesis entre la tradición clásica grecolatina, por su planta basilical y sus pilares de carga, y de la tradición constructiva oriental, representada por el espacio central coronado por una cúpula.
Este edifico legó a la posteridad el uso del sistema de pechinas a escala monumental para pasar de la forma cuadrada de la base a la circular.

Es obra de Artemio de Tralles e Isidoro de Mileto, expertos en estática y cinética, y versados en matemáticas. Se realizó entre el 532 y el año 537.
Los materiales son ladrillo y mármol.
A primera vista lo que más destaca es la gran cúpula asentada sobre un tambor de ventanas y el muro repleto de aperturas y secundado por grandes contrafuertes.
Estos contrafuertes dan un aspecto macizo al exterior, pero son imprescindibles para vencer las tensiones laterales que ejerce la cúpula. Destca la utilización como contrarrestos de estribos y semicúpulas (bóvedas de cuarto de esfera).
La imagen del templo adquirió su caótico aspecto durante la época otomana, cunado se transformó en una mezquita y se le añadieron minaretes.
La bóveda es de dimensiones inauditas para la época (31 metros de diámetro y 54 de alto) y condicionó toda la estructura de la basílica.
La planta es un rectángulo cuyo centro está formado por cuatro enormes pilares que delimitan un cuadrado. Estos pilares soportan gran parte del peso de la cúpula que se apoya sobre cuatro gigantescos arcos de medio punto que, ayudados por el sistema de pechinas, definen el círculo que lo forman.
Para absorber la presión de la cúpula utilizaron dos medias cúpulas sostenidas por pilares dispuestos octgonalmente. Estos, a su vez, se contrarrestan a partir de exedras que se abren en arcadas entre ellos.  Los cuatro pilares principales se refuerzan con cuatro contrafuertes macizos, disimulados en las naves laterales.
Las naves laterales se dividen en dos pisos (el superior es una tribuna para altos cargos) cuyas cubiertas abovedadas también absorben parte de la tensión.
El empuje de la bóveda es conducido hacia el suelo, de forma gradualmente amortiguada gracias a las innumerables bóvedas y elementos estructurales cuyas tensiones  van acumulándose mutuamente.
Finalmente, los contrafuertes exteriores contrarrestan las presiones laterales, todavía demasiado fuertes.
El sistema de contrarrestos está distribuido de manera que el observador no se ve obstáculos ante sus ojos cuando entra en la inmensa nave central.
En este edificio es muy importante la luz. Las cuarenta ventanas que forman el tambor de la cúpula y las que hay en las semicúpulas y exedras dibujan un anillo de luz sobre el cual flota la cúpula y que simboliza la bóveda celeste.
Santa Sofía se hizo por orden de  Justiniano como muestra del poder del imperio teocrático (a los gobernantes se les atribuye la representación directa de la divinidad) y no escatimó en gastos.



SEGUNDA EDAD DE ORO BIZANTINA







No hay comentarios: